martes, 23 de septiembre de 2014

Anotación 23092014

Nuestra querida Europa debe recuperar su carácter, re-conectarse con su espíritu...
¿Cual sería ese charakter de Europa, de sus pueblos, que deberíamos invocar de nuevo ahora? A mi modo de ver, es evidente que necesitamos más que nunca recuperar aquella esencia Fáustica, aquel anhelo desafiante de saber y de poder; ese dinamismo que, habiendo captado la esencia del mundo, lucha apasionadamente por trascender todos los límites concebibles en su búsqueda de lo sublime.

La idea fáustica es la de una fuerza sin cesar en acción contra los obstáculos, la lucha se convierte en la esencia misma de la vida; sin ella, la existencia personal está desprovista de sentido, y sólo pueden ser alcanzados los valores más ordinarios; el hombre fáustico se forma en el enfrentamiento y sus aspiraciones rechazan los límites, son infinitas
Balandier G.

La cultura fáustica se caracteriza por su naturaleza imperativa que siempre va más allá en la búsqueda de nuevas posibilidades, negándose a aceptar los límites...Su anhelo es más el gozo del Infinito que la Eternidad.
Es este carácter que cada europeo debería invocar en su interior: aquella antigua inspiración que se acerca a lo trascendente mediante la tempestad y el empuje, mediante la exploración y la vindicación, mediante el imparable ansia de saber y de poder...mediante el gozo por la Praxis. Ese carácter intrépido que resuelve las dualidades y dicotomías de la vida mediante una reconciliación enantiodrómica de las fuerzas de la naturaleza, de la psique y del cosmos.
Pero actualmente hay quien ha olvidado esa esencia cultural y se ha sumido en la flacidez y el abotargatamiento materialista y plebeyo. ¡Basta ya de esa estupidez enfermiza y pusilánime!
El europeo debe, de nuevo, rescatar de su memoria al artista visionario - tan sublime como siniestro -, al guerrero conquistador y al desafiante creador de imperios que se acerca violentamente a las esferas celestes...Debe atreverse de nuevo a tratar con ese ancestral y mefistofélico Daimón como principio activador de su pasión creativa y trascendente, que en última estancia le acerca al insondable camino de los dioses...

Escrito está. «Al principio era el Verbo.» ¡
Aquí me paro ya!¿Quién me ayudará a seguir adelante? No puedo hacer tan imposiblemente alto valor del Verbo; tendré que traducirlo de otro modo, si el espíritu me ilumina bien.
Escrito está: «En el principio era la mente.»
Medita bien esta línea, de suerte que tu pluma no se precipite. ¿Es en verdad la mente la que todo lo hace y crea?
Debiera decir: «En el principio era la fuerza.» Pero, no obstante, al escribirlo así, algo me advierte que no me quede en ello.
Me socorre el espíritu.
De pronto veo claro y osadamente escrito: «En el principio era la acción»

Del Fausto de Goethe

jueves, 18 de septiembre de 2014

NEXION ZINE 1.3



An Aeonic ONA Zine
125yf: Issue 1.3

Order of Nine Angles