jueves, 27 de agosto de 2009

Discernir y Orientarse

Una actitud de discernimiento “orientado” no implica vaciar la mente y dejarla pasivamente receptiva; podríamos decir que se trata de sustraerse de la influencia de las impresiones de los mundos de orden inferior, sin suspender la facultad de pensar: se desarrolla entonces un tipo más elevado de expresión mental.
La inquietud ininterrumpida que agita al hombre, tanto en su interior como en su exterior, y crea tantos torbellinos en su campo astral, es debida a las impresiones densas y al hecho de identificarse continuamente con todo lo que pasa a su alrededor que pertenece a ese mismo nivel de densidad. Las circunstancias cotidianas perturban sin cesar su pretendida cohesión interior. Perpetuas reacciones de preferencia o disgusto, de simpatía o antipatía, se suceden o combinan de todas las formas posibles, y provocan a su alrededor un gran ruido y agitación. Todo esto crea tensiones y bloqueos.
El reconocimiento de este problema puede llevar a su curación. Como base de trabajo se puede, por ejemplo, intentar tomar conciencia del hecho de la identificación con lo cotidiano-inferior. Tomar perspectiva, percibir sin juzgar, mantenerse en el medio, allí donde reina la integridad, porque es la única cosa perdurable, aporta una serenidad y, por consiguiente, una mejor circulación de la corriente vital.
Podemos imaginar el proceso de vindicación del ascendente primigenio como establecer un puente entre esta pequeña emanación que cada uno lleva en sí mismo y el Yo Origen de esa emanación.
El hombre que descubre la entrada del camino que conduce a la Vida, se transforma interiormente; la orientación de su pensamiento cambia. El pensamiento es atraído entonces hacia reinos de orden superior…

viernes, 14 de agosto de 2009

Prometeo-Phôs y su guía de luz

Phôs preexistía en un estado celeste… pero los arcontes le persuadieron, con astucia, de revestir al Adán corporal. Por lo tanto es éste último, explica Zósimo, que los Helenos llamaban Epimeteo, quien recibió de Prometeo-Phôs, su hermano, el consejo de no aceptar los dones de Zeus, es decir el vínculo que esclaviza al Destino y a las potencias de este mundo. Prometeo es el hombre de luz orientado y orientando hacia la luz, porque sigue su propio guía de luz. No pueden escucharle aquellos que no tienen mas que un oído corporal, ya que éstos están sometidos al poder del Destino, a las potencias colectivas; solo escuchan su conjuro y su consejo aquellos que tienen un oído espiritual, es decir sentidos y órganos de luz. Y ya aquí podemos ver la señal de una psicología del hombre y de sus órganos sutiles.

En cuanto a las precisiones que conciernen al Guía de luz, las recogemos a la vez de Zósimo y de los gnósticos, a los que él mismo se refería. Es en efecto este hombre de luz quien habla por labios de --_-_---__---_-, cuando ella asume, en el curso de las conversaciones iniciáticas del Resucitado con sus discípulos, el papel preponderante que le confiere el libro de la Pistis Sophia, "El poder que ha salido del Salvador y que es ahora el hombre de luz en el interior de nosotros... ¡Mi Señor!, no solamente el hombre de luz en mí tiene orejas, mas mi alma ha oído y comprendido todas las palabras que has dicho... El hombre de luz en mí me ha guiado; se ha regocijado y agitado en mí como deseando salir de mí y pasar a ti". Zósimo opone por una parte, Prometeo-Phôs y su guía de luz que es el "hijo de Dios", y por otra parte el Adán terrestre y su guía, el Antimimos, el "contra-factor".

Por la misma inversión y reciprocidad que hará del "Testigo celeste" simultáneamente el Contemplado y el Contemplante, el hombre de luz aparece a la vez como el guía y el guiado; esta communicatio idiomatum nos advierte ya que la bi-unidad, la unidad dialógica, no puede ser la asociación de Phôs y del Adán carnal, el cual sigue a otro guía. La Luz no entra en composición con la Tiniebla demoníaca; ésta es la prisión de Phôs, de la que lucha por separarse y que volverá a su negatividad primera. La sicigia de luz es Prometeo-Phôs y su guía el "hijo de Dios". Por esta misma inversión y reciprocidad se halla precisada también una estructura que ha estado expuesta sin embargo a todo tipo de errores. Por "el poder que se halla en vosotros", en cada uno de vosotros, no puede tratarse de un guía colectivo, de una manifestación y de una relación colectivamente idénticas para cada una de las almas de luz. Como no pueden serlo ni el macrocosmos ni el Hombre universal que asumen el papel de contraparte celeste de cada microcosmos. El precio infinito atribuido a la individualidad espiritual hace inconcebible que su salvación consista en su absorción en una totalidad, así sea mística.